Te perdí entre las ráfagas de un feroz viento Intente buscarte, para ver si conseguía fundirme nuevamente en tu piel Caminé sin rumbo, perdida en la inmensidad de las fuerzas de la naturaleza que arrasaban con todo lo creado Nada sirvió, todo fue en vano Llegué hasta donde te solías encontrar Tan solo quedó una amarillenta y polvorienta hoja, que en un ramo de palabras traslucía un triste Adiós No había dudas, te habías marchado Tan solo me he quedado con el aroma de tu piel, el recuerdo de tu voz, y las noches de pasión que feliz me habías regalado… |
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