Mitades, o enteros...

Nunca sabré cual fue la razón, o el motivo, por el cual en una mañana un tanto lluviosa, el se apoderó de mi mente, y de mi corazón... dejándome obnubilada con la magia de su poesía, y su manera particular de pintar con diversos colores, la fantasía y la vida, desde su "atardecer eterno" como decía el, en ese primer libro que llegó a mis manos.
Me habían dicho, que si lograba comprender el significado de cada cuento que había dentro de ese libro, sobre todo del primero, lograría acrecentar mi cultura. Sin dudas, esas pequeñas palabras, fueron acertadas.
Me encontraba en una cómoda cama, y un suave viento que abrazaba a Mar del Plata, y sentí que no habría mejor compañía, que el y su literatura tan especial, según me habían comentado. El momento justo, y adecuado para abrir mis ojos, las puertas de mi alma, y entregarme de lleno a volar, soñar e imaginar, cada frase e historia que el gran  Jorge Luis Borges me estaba regalando.
Recuerdo sus colores amarillo y marrón, que se encontraban en la tapa, y su título "El libro de Arena" en color blanco. Los comentarios que me habían realizado sobre el, me llevaron a entrar con ansias y ganas, a su mundo.
Comencé por ese famoso primer cuento del que tanto me habían hablado, que se titulaba "El otro". Pensé que estaría hablando de algún personaje irreal, creado por su mente que solía dirigirse hacía otros mundos inexistentes, para traernos a nosotros los lectores, el poder de imaginar, pensar, y sin dudas... volar. Pero el transcurso de la lectura, me confirmó que estaba equivocada.
-¡Wow!, exclamé. Jamás había pensado que alguien lograría jugar en una historia, con dos personajes, que simplemente... serían uno solo. Borges joven, y Borges adulto, fueron los protagonistas de esa historia.
Al finalizar esa pequeña historia, de un encuentro que jamás existió, entre su otro yo y el, comencé a reflexionar, una y otra vez. A replantearme mi vida, su vida... la de esa persona que está dentro de mi, y que pocas veces la atiendo como realmente merece. La que me dice "Si" o "No", y tantas otras frases y palabras.
Movilizó mi alma, mi ser, y sobre todo, abrió de par en par las puertas de mi corazón, se introdujo en el, y hasta hoy puedo decir, que es solo suyo, y de nadie más. Mi eterno y gran amor, que nunca lo tendré físicamente, pero su espíritu me acompaña en cada segundo de mi existencia.
Hoy, puedo asegurar, que si no tengo su escritura cerca, o sus poemas en mis oídos, no vivo. Corro en el encuentro de sus libros, que son sus legados, los abro y huelo ese aroma particular que poseen... ¿tal vez será su perfume?, recito sus poemas desde lo más profundo de mi, y escucho su voz, para endulzar mis oidos. Sin dudas, hoy imagino cómo el, y creo lo que escribo y lo que hablo... cómo el.
Es parte de mi, mejor dicho... es yo. Somos mitades, o enteros, perdidos en el espacio, y el Universo un día los alineó... para ser lo que hoy somos, un solo ser.
Que mi voz y mi sentir, viaje lo suficientemente alto, para llegar a tus oídos, y logre tocar aun que sea, una parte de tu corazón. Aun que creo, que todo esto, ya lo sabes.
Demás está decir, que continuaré jugando con las palabras en mi vida, para pintar fantasías para aquellos que necesitan volar, de la misma manera que vos me enseñaste a mi... colocándome las alas de tu poesía.
Algún día, y en algún lugar, ojala que alguien hable de mi, de la misma forma y con el mismo sentimiento, que yo hablo de vos.

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