De la nada, hasta ahora...

"Fui una niña como tantas, tan sana y tan enferma, y con la misma fe. Me gustó mi hogar y fui feliz, sin explicarme nada, fui feliz... Fui ignorante, fui generosa como la tierra y el aire. Jamás supe qué ocultaban las paredes de mi casa, o qué había sobre el techo. Mi por qué era corto y las razones largas... No recuerdo si soñaba ni mis sueños, no me senté a verme crecer. Si jugué, si reí, si lloré, no me di cuenta... y crecí, tan mujer, tan injusta y egoísta, que resbalé mi infancia casi sin darme cuenta y mi primera lágrima se deslizó en un verso. Con un verso mojé un papel como éste, para compensar, para no aborrecerme, amé. Seguí amando, no sé por qué... hasta que no me amaron más no sé por qué y los ojos se me llenaron de fatiga, ardidos de mirar arriba, y verlo hermoso y tan hombre... imposible y tan cercano entre tantas, pero tan mío. Y se borró la aureola verde de mi huerto y el colorido de las flores. Contra el cristal de mi ventana quedé pensativa expuesta al mundo, empecinada contra tantos males... Y abracé a la mujer tan fuerte que no divisé más el faro de mi niñez y navegué, sin implorar al cielo navegué pretendiendo alcanzar no sé bien qué. Y los días me desbordaron memorables, hasta calmar mi carne y sosegar mi espíritu. Y, aunque todavía me bulle la juventud, me sentí menos lenta que el tiempo, y no busqué más, me buscaron. En mis horas vi los vivos nacer, vi los muertos morir y las sombras pasar... y me vi, crecida parada en la tumba de mis ilusiones, tocando el olvido con las manos... sabiendo qué siente un poeta cuando calla, sabiendo que lo hecho de barro no reluce jamás. Entonces volví a la aureola verde de mi huerto, al rojo fuego del ocaso y a mis flores. Y, escuchen esto: Después de tanto, para mí, vivir es un encuentro esperado, no pedir que me expliquen nada, y seguir amando..."

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