Mirame...

Quiero que me mires a los ojos.
De verdad, profundamente.
Quiero que sepas todo de mi, aunque yo no te lo diga. Quiero que sepas de mis penas aunque yo me ría. Quiero que notes esa pequeña arruga nueva alrededor de mis ojos, o cerca de mis labios. Quiero que no importe lo cerca o lo lejos que nos encontremos.
Quiero que me sientas sagrada. Quiero que comprendas, también profundamente, que mi vida ocurre por un designio no elegido. Que un día sucedió. Que fui pequeña, y que alternativamente me sentí amada y también todo lo contrario. Por mis padres, por mis hijos, por mis amigos, por la gente. Me sigue sucediendo a veces. Y eso que ya he crecido y he aprendido y, lo mas importante, he desaprendido.
Te prometo lo mismo a cambio. Prometo respetarte y mirarte a los ojos para adentrarme en tu alma y sentirla sagrada. No necesito perfección. Quiero errores, defectos, sinsabores, tropiezos.
Prometo buen humor y aceptación. Prometo mirar y admirar el milagro que es tu vida.
Y si alguna vez me enojo y te trato como a algo de mi propiedad y pertenencia, porque no te portas como yo espero o pretendo, porque no sos lo que mi mal entrenada imaginación reclama, recordame lo que te prometí para estas navidades.


No hay comentarios:

Publicar un comentario