Después de morir...

-No, no, todavía no es tiempo.
-Ya se terminó, y la hora llegó... ¡Vamos!
No me contaron como era... algunos cuentos hablaban del paraíso, del edén, de los caminos llenos de flores perfumadas que inundaban el olfato de quienes caminaban por allí. Hablaban de que te reencontrabas con la gente que se fue de viaje antes...
-¿Qué es esto?, los cuentos me vendieron otra historia.
-¿Y qué te creías, que la fantasía existe?.
-No hablo de fantasías, hablo del premio que decían que te daban después de haber cumplido la misión.
-No, muchacho. Cuando una misión finaliza, comienza otra. El que dirige acá, nos dio un regalo a lo que Él llama vida, y después otro al que los demás llaman "muerte". Para el Jefe, la "muerte" es una transformación simplemente. Y ahí viene la cuestión...
-O sea que, no descansamos ni muertos... ¿qué cuestión viene?.
-Las misiones que tenemos que cumplir. Vos te tuviste que ir de viaje, pero dejaste a muchos llorando... ahora tenes que consolar, ayudarlos a olvidar, y ganar sonrisas para volver otra vez allá abajo.
-Y eso... ¿cuanto tiempo me va a llevar?.
-Acá no hay tiempo. Sólo hay momentos, ratos, instantes... porque acá disfrutamos más que allá abajo. Acá no pensamos en el que pasará mañana, simplemente disfrutamos lo que pasa ahora. Seguimos trabajando pero motivados, y con la gracia en el alma de poder decir que... mal, o bien, somos felices.
-Ah bueno, por algo lo llaman descanso eterno... ¡ahora me gustó!.
-El descanso eterno es el disfrute del alma cuando se encuentra en paz, y ayuda a los demás a encontrarla más rápido, antes de transformarse. Vos, viviste preocupado por el mañana, no disfrutaste tu gente, no supiste lo que era correr respirando aire puro de la naturaleza... Vos, amigo, recién ahora empezas a vivir, en paz... después de transformarte.
-Tenes razón... ¡si lo hubiese sabido antes! hubiese besado más, hubiese hecho más el amor... y hubiese disfrutado el ser... casi, casi feliz.
-Ya está... no lo vas a poder cambiar. Ahora disfruta esto, y dale una mano a los que dejaste allá abajo, para que no pasen lo mismo que vos...
-Tenes razón... nos vemos, por ahí, me voy a trabajar.
-Nos vemos... haré lo mismo.

Y los dos, allá arriba, trabajan para que... acá abajo se ame más, se respire libertad, y se aprenda a valorar... sin tener que esperar a irse de viaje, para aprender a disfrutar que a pesar de los obstáculos, la vida es una aventura que merece ser vivida.

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