"Y es verdad, las tormentas no se pueden resistir: ocurren. Y con lo que ocurre por fuera del marco de nuestra voluntad sólo hay una cosa para hacer: fluir. Y sino, pregúntenle a los navegantes, o a los nadadores. A nadie se le ocurriría resistir. Ellos saben que hay que acompañar el movimiento, que es imposible de ir en contra de algo que es más fuerte y que no fue decidido por nosotros..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario