Yo lo pude contar, otras no. 
Yo pude salir, otras todavía esperan que las puertas se abran y que llegue el héroe que las rescate de esa oscuridad.
Me habían dicho que podía ser modelo, actriz... ser famosa, viajar, y cumplir mis sueños. Yo tenía proyectos, hoy sólo me queda un rompecabezas con un montón de piezas que fui perdiendo en cada rincón de esa cárcel, que algunos llaman lugar de placer.
Yo fui, por que creía que se podía confiar en la gente, porque desconocía que detrás de tantas caras que simulaban ser buenas, existía tantas almas tan inmundas.
Perdí mi seguridad, mi fe, mis sueños, y mis esperanzas... detrás de un corset, unas ligas, y un extenso maquillaje para simular que no era una pendeja con sueños... sino que una mujer, que le gustaba regalarse por unos billetes.
-"Salí, y cobra... puta", era lo único que podía escuchar. Tenía que seducir, con el alma desgarrada y el asco entre los labios... para poder "sobrevivir", según ellos... yo sólo quería morir. 
Me miraban con placer, con una inmunda baba que recorría los labios de tantos inmundos que pagan, creyendo que somos un objeto de uso personal, y luego un descarte. 
Tenía que tomar coraje y seguir... al principio, creía que debía hacerlo porque detrás de las rejas de esa cárcel que día a día me iba consumiendo... me esperaba una vida, mi vida que me arrebataron sin permiso, y sin piedad. Con el tiempo, ya todo me daba igual... creía que el laberinto donde me encontraba no tenía salida, y con resignación creí asumir el destino que tal vez por alguna razón me había tocado. 
Eramos tantas... tantos sueños, tantas ilusiones. Con el tiempo muchas terminaron en una sanja... otras tantas vendidas por ahí, y algunas pocas nos quedamos en la cárcel... pero, todas eramos presas en manos de "gente" que se creía dueña de nuestro destino.
De algunas me acuerdo... de otras no, con el tiempo traté de borrar de mi mente cada instante interminable que viví en ese lugar, al que ya ni quiero nombrar. 
Ivana tenía una historia... una vida. Me acompañó, y entre las dos, nos sentíamos menos solas. Siempre me contaba que tenía dos hijas y su madre... que seguía viva, porque sabía que ellas en algún lugar del mundo estaban rezando por volverla a ver. Fue mi empuje... mi intensivo
para seguir respirando. Hasta que un día, me levanté... y no la ví más. Pregunté... pero sólo me dijeron "se les fue la mano". Y la perdí... y con Ella, se fueron parte de mis esperanzas. Quería verla... despedirme... pero ¿donde le podría llevar flores?, en algún sanjón... sí ellos nos mataban, y tiraban, como un montón de basura descartable... ¿no sabían que somos humanas?.
El tiempo pasó... y era interminable la vida. El ritmo rutinario con el tiempo fue consumiendo mi cuerpo... mirarme al espejo era repudiarme, y no poder encontrar ni siquiera una parte que se asemeje a mi. Mis ojeras, mis huesos cada vez más afuera de mi cuerpo. Y sí comíamos poco... -"no tienen que engordar, las putas gordas no sirven", era lo único que a diario nos repetían.
Una mañana, nos despertaron con un nuevo traslado... Todavía me pregunto de donde saqué el coraje y las fuerzas para escaparme. Se dieron cuenta rápido... pero una vez en la vida la suerte corrió a mi favor, y me crucé con un hombre que me ayudó a salir. 
Lo primero que busqué fue una policía... y la única respuesta que encontré -"Si te escapaste ahora, ¿porque no lo hiciste antes?... esto demuestra que sos puta, y te gusta".
¿A mi me raptan y yo tengo la culpa?, me roban la dignidad, la vida ¿y la culpable soy yo?. Me prostituyen, me torturan, me denigran ¿y sigo teniendo la culpa?.
Pude encontrar a mi madre, que me estaba esperando... Que no siguió buscándome por miedo... por las amenazas, y la infinidad de veces que entraron a mi casa para golpear e intentar callar la voz de mi pobre vieja. Ya no era la misma que me despertaba con el mate, y el -"Buenos días hija"... Yo tampoco, ya no soy la misma.
Me morí cuando entregué mi cuerpo porque me obligaron a darle "placer" a un inmundo que pagaba por mi. Me morí, cuando me robaron mis sueños de ser feliz... me morí cuando ví matar gente adelante mío, y estar con las manos llenas de sangre porque tenía que levantar esos cuerpos... Me morí, cuando dejé de vivir, para ser una esclava sexual de un animal. 
Hoy creo que vivo... respiro... y estoy en libertad. Día a día cargo con la cruz de un pasado que me tortura a cada instante, y me impide dar un paso adelante para modificar mi destino... para recuperar aquellos sueños que siempre quise realizar.
Hoy, quiero gritar a viva voz, que las mujeres somos humanas... que no somos objetos que vendemos placer. Que merecemos vivir... que no somos animales... que no somos esclavas. Hoy quiero gritar, que sueño en vivir en un mundo donde dejen de matarnos, y sólo traten de darnos amor... por mi, y por tantas.
Yo salí, otras siguen esperando...
Quiero gritar... por un mundo donde todas respiremos libertad.

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